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La Institución Teresiana

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La Institución Teresiana es una Asociación internacional fundada por el sacerdote español San Pedro Poveda, que agrupa a seglares -hombres y mujeres - que se comprometen a vivir una misión evangelizadora desde su trabajo profesional en el campo de la educación y de la cultura.
 


Hoy incluye a 3.500 miembros integrados en diversas asociaciones, con distintas modalidades de compromisos, que viven la misma espiritualidad y misión. Existe además, un amplio movimiento de colaboradores y organizaciones juveniles que viven una misión evangelizadora desde su testimonio y su trabajo profesional. 
 


La misión de la Institución la llevan a cabo sus asociados, individual y asociadamente, buscando la promoción humana y la transformación social mediante la educación y la cultura. Colaboran en un proyecto de sociedad en el que se afirma la dignidad y los derechos de la persona, y especialmente, el derecho de todos a la educación y a ser agentes de su propia cultura.
 


Los inicios
Ante el desafío histórico de una cultura, que, a principios del siglo XX se concebía en gran parte incompatible con la fe, el sacerdote Pedro Poveda sintió la urgencia de mostrar con los hechos que era posible, desde el evangelio, lograr la promoción humana y la transformación social mediante la educación y la cultura. Así surgió, la Institución Teresiana en 1911.

 

  • En 1917: La Asociación se inscribió en el registro de asociaciones civiles de Jaén, y quedó aprobada como asociación diocesana.

  • En 1924: La Asociación fue reconocida a perpetuidad por el Papa Pío XI.·


Después de la muerte del Fundador en 1936 el fortalecimiento y expansión de su Obra fue continuado por Josefa Segovia, fiel colaboradora y primera Directora General.

En la actualidad, la Institución Teresiana desarrolla actividades en 30 países de América, África, Europa y Asia.

El Colegio Victoria Díez ofrece:

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  • Una educación en clave cristiana que articula la dimensión académica y pedagógica, la atención a los procesos y la dimensión cristiana y evangelizadora.

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  • Una educación en clave humanizadora consciente de la interrelación entre el perfil de la persona que formamos, las actividades formativas que proponemos y los cambios sociales que apoyamos.

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  • Una educación para la ciudadanía: formación de sujetos responsables, participativos y gestores de paz.

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  • Una educación contextualizada que nos sitúa de un modo valorativo y crítico en nuestro mundo y señala líneas de actuación.
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